EL ÚLTIMO VIAJE. @zendalibros #viajessostenibles

Copia y pega de la última publicación de mi madre en su muro de facebook antes de dejarnos:

VERDE FENECER

Yo contaminaba. Sí, he de reconocerlo, era un desastre en ese aspecto de mi vida. Con el tiempo me di cuenta de que mi fondo era verde, aunque confieso que al principio no me apetecía ir clasificando basura, tal vez era perezosa. Ahora mi vida tiene sentido, soy incapaz de tirar una pelusa al contenedor de basura orgánica  sabiendo que la puedo convertir en algo de provecho, (esta es alguna de las cuestiones en las que ando metida ahora, se aceptan propuestas).

Todo tiene una segunda, tercera, cuarta,…, oportunidad. Plásticos, latas, papel, cartón, vidrio,…, incluso yo. Este es otro de los asuntos en la que ando metida, (también se aceptan propuestas).

Esta segunda cuestión no es una simple memez, es algo realmente importante para mí. Será mi viaje definitivo y quiero que esté a la altura de mi actual planteamiento de vida. Sopesadas las opciones estándar que me propone el mercado actual, es imposible decantarse por ninguna. No pienso abandonar este mundo y  comenzar esa nueva etapa contaminando. No estoy segura de que no haya otra segunda oportunidad, de que realmente no exista un más allá, nadie ha vuelto para informarnos, así que he decidido estar preparada para lo que sea.

Este viaje lo estoy planificando hasta el más mínimo detalle. Nada de talar un bosque, para convertirlo en ataúdes que terminarán emparedaros o soterrados, o lo que es peor, devorados por las llamas. Quiero fluir, integrarme, desvanecerme aquí para renacer más allá, y todo ello sin perjudicar a los que se quedan ni a los que pueda conocer, (nunca se sabe). Me encantaría estirar la pata metamorfoseándome  en diamante y seguir brillando en los escotes de mis hijas,  nietas, biznietas y así por los siglos de los siglos, pero esta opción pasaba por convertirme primero en cenizas; viaje descartado. De mis investigaciones por internet he descubierto unas siete posibilidades, desde la cremación con agua, hasta el traje funerario con revestimiento de hongos, ninguna me convence,  busco algo más transcendental.

Mientras espero mi billete, (uno no sabe cuándo se parte en este viaje, ni cómo, ni  siquiera desde que puerto, todo es pura sorpresa), estoy enfrascada en un proyecto de investigación al que he denominado: “VERDE FENECER”.  Creo que al final se terminará convirtiendo en una especie de agencia de viajes, lo estoy enfocando así. Tramitaremos billetes para el último viaje, de manera que nuestra huella ecológica tenga el mínimo impacto en el planeta, sin olvidar respetar al máximo las últimas voluntades de nuestros clientes, siempre que sean acordes con nuestros principios.

Es un plan muy en ciernes, está más que en pañales, creo que será muy complicado de implementar, máxime cuando sé que no podré contar con viajeros de prueba que vuelvan y me cuenten su experiencia, sus propuestas de mejora o lo que les ha parecido el trayecto. Tampoco es cuestión de que sea yo la primera en experimentarlo.  

No debo olvidarme de las despedidas, ese aspecto tan importante en los viajes. Este será un viaje sin retorno, y como en tantos otros, puede que dé tiempo a despedirse o puede que no. Anticiparemos una despedida preventiva para todos los clientes, así en el caso de no llegar a tiempo siempre podremos recurrir a la despedida de seguridad. No imagino partir sin decir adiós. Es una norma que tengo. Siempre que salgo de viaje, aunque sea a la ciudad de al lado, me despido de todos mis seres queridos por si…

Aprovecho y me despido de todos ustedes por si…, les recuerdo que en los comentarios pueden aportar ideas, propuestas,  para este proyecto maravilloso, que serán siempre bienvenidas y que no dudaré en llevar a la práctica si son posibles.